5 consejos para montar un huerto urbano en tu terraza

El mundo de los huertos urbanos está en auge. La conciencia ambiental está evolucionando y cada vez más personas se preocupan por encontrar las soluciones más sostenibles posibles en los alimentos.

Por ello, buscamos nuevas formas de cultivar de la forma más ecológica posible, instalando un huerto urbano en tu terrazabalcón o cualquier superficie exterior.

Para los más inexpertos, aquí damos una serie de consejos para que el inicio en este tipo de jardinería sea lo más exitoso posible.

1. Materiales necesarios

Lo primero que nos puede desanimar a la hora de instalar un jardín en nuestra terraza puede ser la creencia de que es necesaria una importante inversión. Desde aquí lo desmentimos rotundamente.

Si bien son opciones que mejoran en cuanto a comodidad, no necesitamos costosas mesas de cultivo, sistemas de ventilación, bandejas de germinación ni nada por el estilo. Dicho de otro modo, siempre ha sido posible germinar en yogures.

Estos son los elementos que necesitas para adentrarte en el mundo de los huertos urbanos:

Recipiente o bandeja de germinación: cualquier elemento que pueda almacenar un pequeño sustrato, ubicado en un área protegida y con cierta humedad ambiental. Existen germinadores económicos a base de cartón, o puedes manejar macetas pequeñas o cualquier tipo de recipiente con un agujero en su interior para permitir la extracción del exceso de humedad.

Sustrato: En cuanto al sustrato, no debemos cometer el pecado de comprar lo primero que se nos ocurra. Es decir, lo que encontramos en tiendas que venden de todo a cien (conocidas desde hace algunos años como “las chinas”). Estos sustratos suelen contener suficientes sales que aumentan la conductividad y reducen la tasa de germinación. A su vez, también contiene restos no orgánicos como piedras, ramas, paja, etc.

Elige un sustrato de buena calidad, con algunos nutrientes, que sea poroso (los de fibra de coco ayudarán muchísimo) y que ofrezca un buen drenaje.

Semillas: puedes comprarlos o guardarlos de producciones pasadas. Si es tu primera vez, deberás pagar. Créeme, son muy baratos para la cantidad de semillas que tienen y te durarán unos cuantos años.

Cascada: fácil de conseguir. No necesitamos procesar ni tratar el agua del grifo, porque si nosotros podemos beberla, las plantas también. Suelen tener una conductividad que rara vez supera 1 mS/cm, algo que cualquier planta puede absorber cómodamente.

Fertilizante: las plantas necesitan un caldo completo de macronutrientes y micronutrientes que el agua o el sustrato no pueden ofrecerles. En el mercado puedes encontrar fórmulas completas a buen precio o puedes buscar fórmulas inorgánicas sin coste (sustancia orgánica a base de compost vegetal con residuos de cocina).

2. Busca la mejor ubicación posible

Una forma de clasificar las diferentes familias de plantas es en según las necesidades de luz. Y aunque suene tonto, no todos requieren la misma concentración. Hay plantas de sombra (donde no requieren contacto directo con la luz solar) y plantas de luz.

Todas las hortalizas de verano pertenecientes a la familia de las solanáceas ( solanáceas) requieren grandes dosis de luz distribuidas a lo largo del día. Sin embargo, el contacto directo en horas medias, con altas temperaturas y un ambiente seco, reduce la polinización de las flores y su futura polinización.

El ideal: busca un ambiente con mucha luz pero con pocas horas de sol directo.

Por otro lado, y es algo que ocurre muy a menudo en especies que necesitan polinización entomófila (es decir, por insectos), es que las flores se abren pero nunca fecundan.

Entornos muy protegidos o con escaso acceso a los insectos voladores (abejas, avispas y abejorros) no permiten el cuajado de flores en especies de tomate o sandía, por ejemplo.

En casos como este, tenemos que recurrir polinización manual hecho por nosotros mismos.

3. Respeta el horario de cultivo

El éxito de un cultivo depende de la respeto al calendario de cada planta. Este normalmente se distribuye de acuerdo a la familia a la que pertenece.

Por ejemplo, el tomate, el pimiento, la patata, la berenjena y otras plantas similares requieren temperaturas superiores a los 18ºC para alcanzar su punto óptimo de desarrollo.

La familia de las crucíferas (brócoli, coliflor y todas sus variantes) o las compuestas (lechuga), por otro lado, pueden necesitar temperaturas más bajas para encontrar su rango óptimo.

Como es habitual, en verano tienes muchas más opciones para encontrar todo tipo de hortalizas para cultivar en tu huerto urbano.

4. Comprobar la cantidad de agua de riego

Uno de los elementos que crea más fallos a la hora de cultivar en un huerto urbano es el exceso de agua. El ánimo de empatizar con las plantas lo hemos visto brotar desde que era semilla y ese exceso de cuidado hace que se riegue con más cantidad de la necesaria.

A pesar de estar en un ambiente doméstico, hay hongos y bacterias que están presentes en el sustrato, esperando su momento óptimo (generalmente con picos de humedad) para entrar en la planta y matarla.

Menos es más y el estrés hídrico por falta de agua es más favorable que la saturación y asfixia de las raíces.

Cuando notes un reblandecimiento de las hojas, que se han caído por falta de presión osmótica, señal de que nos hemos pasado de la raya. Lo importante es mantener un sustrato ligeramente húmedo. Lo notaremos inmediatamente tocando el soporte y palpando con la yema de los dedos.

  • Cantidad ideal de agua en los meses de primavera y otoño: 0,5-1 L/m2 por día
  • Cantidad ideal de agua en los meses de verano: 1,5-2 L/m2 por día

5. En invierno también hay vida para las huertas

Siempre hay una tendencia a asociar el manejo del cultivo de plantas con los amantes del verano. Sin embargo, en invierno hay una gran cantidad de especies hortícolas que se pueden plantar y que nos darán pequeñas alegrías en su cosecha.

Para ello vive en uno zona con inviernos suaves es ideal, ya que pocas plantas de fabricación pueden soportar temperaturas por debajo de 0ºC. De hecho, cuando bajan de los 10 ºC, muchas dejan de crecer, no obteniendo resultados positivos.

Por ello, en muchas ocasiones se ha recurrido a la creación de huertos urbanos en cerramientos acristalados en las terrazas.

Este elemento, que ha ganado popularidad para dar una segunda vida a la terraza en los meses más fríos del verano, es un aliado para la realización de este tipo de huerta en invierno o en los primeros meses de primavera (cuando es especialmente verano).

Allá cerco de terrazas con vidrio Lumón facilita tener un huerto urbano frente al resto de vecinos, ya que se produce la aclimatación del entorno. Una planta de este tipo, sembrada en febrero, podrá darnos una abundante cosecha en los primeros meses del verano ya que ha crecido en los primeros estadios con luz, ambiente de humedad controlada y temperatura regulada.