Cuidado de los cítricos en maceta: 5 consejos prácticos

Plantar un naranjo, mandarino o limonero en una maceta y crecer sano no solo es posible, sino también conveniente en lugares donde el suelo no es adecuado, el riego es problemático o hay inviernos fríos, por ejemplo.

Son tan hermosos y aromáticos. ser una excelente alternativa a las plantas ornamentales, con ese plus de fruta que supone, además de su denso follaje, su olor cuando florecen… Son todas características muy atractivas que suman a la facilidad de cultivo su cultivo en macetas, y también son especies enanas que se adaptan más fácilmente.

Ventajas como la elección del terreno, un mayor control del riego y la posibilidad de protegerlas mejor en invierno se suman a la posibilidad de encontrar un lugar donde luzcan bien, ya sea en interior, en un balcón, terraza, jardín o pequeño huerto.

Una tierra que drena

Asegurar un buen drenaje es básico para estos árboles, por lo que el suelo arcilloso no es adecuado para ellos. En la maceta (por ejemplo de unos 45 centímetros de diámetro por otros tantos de altura), afortunadamente podemos elegir la proporción adecuada de diferentes tipos de tierra.

Aunque no son exigentes en cuanto al suelo, conviene que drenen, evitando los suelos arcillosos y buscando los más permeables, ligeramente ácidos (pH 6-6,5). En la maceta se debe agregar compost mezclando dos tercios de tierra negra o compost, un tercio de mantillo y arena gruesa, así como arcilla expandido en la parte inferior para que drene.

Riego regular y fertilizante.

Riego en macetas, preferiblemente con agua de lluvia recogido en lugar de grifo, no debe ser abundante como en el suelo y lo combinaremos con el abono soluble. Evitaremos encharcar la maceta al regar y la frecuencia puede ser dos veces por semana en verano y una vez en invierno. Hay que tener en cuenta que en macetas las raíces quedan pegadas a la superficie, por lo que no tenemos que dejar secar el sustrato.

Por su parte, la suscripción se puede realizar tres veces al año, desde primavera hasta otoño. Básicamente, necesitan ser fertilizados antes floración, en junio y septiembre. Aplicaremos un fertilizante especial y agregaremos materia orgánica al suelo en el otoño para mejorar la calidad del suelo.

Encuentra refugio durante el invierno.

De hecho, cultiva estos árboles en macetas le permite encontrar refugio durante el invierno. Para ello, cambian de lugar, idealmente en espacios interiores donde no falte la luz, acercándolos al sol en pleno día, si es posible.

En cualquier caso es importante que no haga demasiado calor, tener la calefacción apagada y orientada al sur y cerca de las ventanas, ventilando de vez en cuando por si no las quitas. Lo importante es evitar las típicas heladas y buscar lugares donde no bajen de cero grados. En particular, los árboles más jóvenes deben cuidarse con cuidado.

Otra posibilidad es colocarles una especie de manto que permita que la planta transpire, dejando pasar la luz. En definitiva, se trata de cubrir con un producto precioso tela microperforado que se comercializa específicamente para proteger las plantas de las heladas, tanto en el árbol frutal como mediante estructura de marco. En caso contrario, podríamos optar por rociar agua con cal (cal apagada) sobre las hojas para protegerlas del frío.

Más vulnerable al sol y al viento.

Cítricos cultivados en frasco se secan y se congelan más fácilmente que los plantados en campo abierto. Por ello, aprovechamos su movilidad y su pequeño tamaño para poder desplazarlos o cubrirlos cuando las temperaturas se acercan a los cero grados. Su temperatura óptima está entre los 17 y los 28 grados centígrados.

Asimismo, aunque son subespecie tropical, es importante tener en cuenta que el sol y el viento les influyen con mayor facilidad a la hora de programar la frecuencia de riego o, por ejemplo, temporadas especialmente ventosas. El viento, en particular, favorecerá la caída de los frutos y la coloración de las hojas.

Qué hacer con los parásitos

Las plagas de los cítricos incluyen moscas blanco, pulgones, ácaros o cochinillas. Si no queremos utilizar insecticidas, rociar las hojas con agua con jabón potásico y/o aceite de neem. Por último, si hacemos las cosas bien y nuestros cítricos crecen como es debido, al cabo de dos o tres años puede que necesiten una nueva maceta.

Si quieres leer otros artículos similares a Cuidado de los cítricos en maceta: 5 prácticos consejoste recomendamos que visites nuestra categoría de Consejos.